Hace pocos años estaba trabajando en el laboratorio de un hospital grande, ayudando a poner en funcionamiento unas pruebas para diagnóstico de diabetes. Observaba cómo, con el correr del tiempo, había cada vez más diabéticos pasando por el control de salud. Y pregunté si había realmente más diabéticos, o si sólo había aumentado el número de casos diagnosticados. Una doctora me lo explicó de la siguiente manera:
“Las dos cosas van de la mano. Como tenemos mejores sistemas para la detección temprana, podemos diagnosticar más casos y darles tratamiento oportuno. Los diabéticos diagnosticados tempranamente pueden vivir más, y pasar sus genes a la próxima generación. Esto hace que nazcan más diabéticos. En resumen, la medicina se opone a la selección natural”
El médico, frente a un prójimo más débil hace lo contrario de lo que dictaría la “supervivencia del más apto”. En vez de aprovecharse de su debilidad, dedica su esfuerzo a ayudarlo. En términos de selección natural, está promoviendo la proliferación de congéneres menos aptos para la caza y la lucha. Como especie vamos perdiendo pelos, nuestras mandíbulas se hacen menos fuertes… vamos alejándonos de nuestros simiescos antepasados. Me decía Beppe Carugo que el primer acto médico fue la cocción de los alimentos, y mirándolo desde esta perspectiva creo que tiene razón.
Chile aplicó para la educación de sus niños un modelo de libre mercado en el que el Estado tomó un papel subsidiario. Pero aún la parte que le toca al Estado quedó regulada por el mercado: la financiación de las escuelas no proviene del gobierno central sino de cada municipalidad. En consecuencia, las municipalidades pobres tienen escuelas pobres… que reciben alumnos pobres y los amansan para que sigan siendo pobres.
Si queremos seguir llamándonos humanos sin que nos de vergüenza, tenemos que mirar al más débil y ayudarlo a superar una dificultad que ni siquiera eligieron. No estamos hablando de “mantener vagos”, como dicen espontáneamente quienes no ven más allá de su ombligo. Vagos hay en todos lados, vagos con plata y sin plata. Los vagos tienen la culpa de ser vagos, pero los pobres no tienen la culpa de ser pobres.
1 comentario:
Lo terrible del tema es que tenemos un sistema hecho para la competencia del más fuerte. PSU ¿quién gana? el de más puuuntosss (mi éxito es osbre la base de la derrota del otro). SIMCE: ¿quién gana? el de máaaas puuuntosss (nueva mente el éxito de un colegio se hace sobre la base de la derrota de otro)... Sí Darwin... el punto es que los neardenthal se extinguieron... aunque algunos quieran hacer una sociedad y una educación para cavernícolas.
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